jueves, 7 de agosto de 2014

Andrés Scotti: "Los dirigentes de la AUF se quedan en la chiquita"




Día lindo en la tarde montevideana, tuvimos el agrado de reunirnos con Andrés Scotti, jugador destacado en la Selección Uruguaya en todo el período Tabárez.
Andrés, que en sus 38 años de vida y más de 20 de carrera en su espalda jugó en 10 equipos (Independiente de Trinidad, Central Español, Wanderers, Nacional, Huachipato y Colo Colo de Chile, Necaxa y Puebla de Mexico, Rubin Kazan de Rusia y Argentinos Juniors), y tiene muchos títulos y premios individuales ganados, entre los que se destacan la Copa America en 2011 con la selección, los campeonatos uruguayos con Nacional en 2002 y 2012 y el premio a mejor defensa extranjero en la liga rusa en 2003, entre otros palmares, nos abrió amablemente las puertas de su hogar ubicado en Malvin para contarnos un poco de su carrera y de los últimos sucesos ocurridos entorno al Fútbol Uruguayo y mundial.

¿Cómo fue que se dedicó de lleno al fútbol?
Fue raro, estaba haciendo una carrera técnica en talleres Don Bosco y bromeando con mis compañeros en los campeonatos internos me invitaron a jugar al interior a Flores, en Independiente, y me fui como una aventura de adolescente. Fue pasando el tiempo, empecé  a entrenarme sólo acá, porque jugaba los fines de semana afuera. Comencé a ganarme algunos pesitos, seguí entrenando, me fue mejor, y mediando la carrera de artes gráficas vi que el fútbol podía ser un futuro para mí.
En el tercer año de Don Bosco dije ‘voy a  terminar la carrera y después me dedico al fútbol’ por si algún día me rompía las piernas tenía un título de gráfico para después laburar.

¿Qué cambios notó del fútbol amateur al fútbol profesional?
Los cambios más que nada fueron sociales, porque en el interior es más familia, más grupo, más eventos. En principio me costó un poco acá la competencia, eso igual fue cambiando. Tuve un pasaje corto por Central Español de cuatro, cinco meses, no me pagaron ese tiempo que jugué en el equipo, el grupo no era tan unido, pero ya el siguiente año me fui a Wanderers y ya fue diferente fue más familia, otra acogida, me sentí más a gusto, ahí comencé a ligarme al profesionalismo. Pero el comienzo acá me costó mucho.

Arrancó como volante central y luego en el Puebla lo colocaron en la zaga. ¿Cómo fue eso?
En sí cuando yo viaje al interior me fui de delantero, después agarre de lateral porque faltaba uno en esa posición y yo quería jugar en el primero, entonces me tire a ese puesto y me adapté. Luego cuando volví a Montevideo, estaba Borras y me ponía un tiempo de lateral y la otra mitad de nueve, me encantaba, yo de nueve andaba muy bien. Al otro año firmé con Wanderers y hacíamos lo mismo. En un momento, me hago un esguince de rodilla, bajo a tercera a recuperarme, cuando volví juego cuatro partidos de nueve y en todos hice goles. Wanderers andaba mal entonces los dirigentes dijeron ‘tenés que poner a Scotti’, me ponen de stopper en una línea de tres, anduvimos bien y ahí ya me relegaron para atrás. Pero en la posición que me hubiera gustado y hubiese marcado una diferencia era de delantero. Tenía mucho sacrificio, corría mucho estando arriba. Bueno ta no me puedo quejar. Viví todas las posiciones, tanto en el medio, como en la defensa y hasta delantero algunos partidos también.

Ésta experiencia en diferentes puestos, ¿le terminó sirviendo para lo que era la selección jugando en las distintas posiciones?
Ya tener tantos años de experiencia, manejamos las posiciones con más calma, con más noción de movimientos tácticos, pero sí tuve la experiencia de estar en muchos puestos entonces puedo entender lo que sienten los demás.

¿Qué diferencia notó en Rusia con respecto a Uruguay?
La diferencia fue social más que nada, ellos venían de un régimen muy cerrado, los comunistas marcaban los rangos, los cargos se hacían notar, el que mandaba demostraba que mandaba, los empleados era más sumisos y había falta de respeto en ese aspecto. A mí me chocó mucho al principio, después me acostumbré al sistema pero yo siempre respeto a todos por igual, sea el presidente o sea un barrendero, para mí no cambia nada, son todos seres humanos, son todos iguales.

Ese sistema, ¿influía en algo en lo que era la Premier de Rusia?
No, la liga me gustó, era un fútbol fuerte, una mezcla entre el italiano y el inglés, muy táctico. Los cuatro años que jugué, fui el jugador que participó en mayor cantidad de partidos. Ellos te reconocen si haces esos esfuerzos y te rompes el lomo por el equipo, la verdad me lo reconocieron como en pocos lados.

¿Qué cambio percibió en Nacional entre el 2002 y el 2011?
Algunos cambios había, el Parque Central que se estaba usando, ese para mí fue el más grande. Después alguna cosa mínima en Los Céspedes, una pequeña reestructura en el vestuario. Los grupos siempre se van modificando, hoy ya hay algo que yo también intento implementar en los equipos que es el cuidado en la alimentación, es algo que yo busco en los jóvenes, que apuesten a eso porque es el potencial del presente y del futuro, los pequeños detalles hacen la diferencia. Yo lo vengo haciendo hace años y me ha dado resultados, por eso con 38 años puedo jugar en la selección.
Después cambió como ha cambiado el fútbol. Al fútbol uruguayo le cuestan los cambios, va todo muy lento. Es una desilusión que tengo el no poder ver que crezca y si observar que en algunos lados mejoren a pasos agigantados y en otros lugares con pasos cortos pero firmes. Pero con Uruguay no hay caso, tema canchas, infraestructura, no invierten un peso y es complicado emparejar a los otros que tarde o temprano nos van a comer.

¿Qué hubo de distinto entre el último Nacional campeón uruguayo y el del torneo pasado?
Muchos cambios, en estos dos años pasaron cuatro técnicos, cada seis meses se iba un entrenador y venía otro, eso para mí es letal. Porque no solo cambia el que dirige sino que cambian ideas, gustos, sistemas. Cambió la conducción directiva (de Alarcón a Ache), los compañeros, de un semestre a otro variaba mucho el plantel, entonces es muy difícil armar una estructura sólida y firme que al primer temblor no se desmorone un poco. En Nacional cuesta entender eso, por el exitismo del uruguayo que quiere ganar en la primera de cambio, no toleran una derrota, buscan culpables, buscan la fácil, no piensan en proyectos largos, que si no se da en este semestre o en este año va a ser en el siguiente.

Usted cree que esto de no invertir en infraestructura ¿tuvo que ver en la conducción directiva de la AUF?
Tuvo que ver en todo el fútbol uruguayo, la AUF es parte de él y la manejan los dirigentes de los clubes, prefieren llevarse cada uno unos pocos pesos para pagar el sueldo de dos jugadores, en vez de invertir en una cancha sintética, en el estadio, en proyectos a largo plazo, están para la chiquita. Apuestan muy poco a las juveniles, invierten muy poquito, más allá que cuesta todo, para mí pifean en un montón de cosas que podrían ahorrarse, ganarían mucho más apostando desde abajo, potenciando a los chicos de los 13, 14 años. Los jugadores que traen para primera, si tenés buenas instalaciones te van a rendir más, no se te van a lesionar como pasó en Nacional con muchos jugadores, que vienen y se lastiman por las canchas, por ejemplo Fucile que llegó hace dos semanas y ya está con tendinitis, es complicado.

¿Cuál es su opinión con respecto a la posibilidad de una nueva postergación del comienzo del campeonato?
¡Patético! Acá no se sabe ni cuando empieza ni cuando termina, no te podes organizar unas vacaciones, el jugador de fútbol no existe, no tiene peso político, no tiene peso en nada. Lo empiezan cuando quieren, lo terminan cuando quieren. Tuve un compañero, Richard (Porta), se iba a casar, había puesto el casamiento para una fecha, le cambiaron el campeonato, se estiró una semana y tuvo que cambiar fiesta, salón, todo. No te podes organizar un viaje con tu familia, parece que no tenés importancia, que sos un elemento para usar, si sirve vamos para adelante y sino afuera, es complicado, a la dirigencia uruguaya le cuesta mucho.

El cambio de mando que hubo en la asociación, ¿influyó en la actuación de Uruguay en el Mundial?
No, no creo porque ya estaba encaminado, la directiva que entró no incidió en nada, no es que los de antes eran maravillosos y los de ahora son un desastre. Yo creo que la dirigencia del fútbol uruguayo en general, carece de muchas cosas, sin ir más lejos, a nivel de selección tuvimos que discutir cambios que eran básicos, como un viaje de Europa a Sudamérica que querían que viajáramos en económica. Eso lo cambiamos, para no dar ventajas simplemente, porque conlleva 12 horas de viaje, más el cambio de horario de seis horas, y jugar a los cuatro días un partido de Eliminatorias.
En cuanto al Complejo Celeste, el maestro ha hecho hincapié y ha logrado que las canchas estén más o menos aceptables, las instalaciones están acordes, te sentís como en tu casa.
En lo que respecta a las juveniles, se los tiene de dos a tres veces por semana, son la apuesta al futuro. Por algo se ha clasificado a los últimos mundiales sub 15, sub 17 y sub 20, se han vendido jugadores gracias a la participación en esos torneos. A los clubes les cuesta entender y no ven eso, yo no puedo creerlo. Le discuten que invierten mucho en la selección y eso para mí es una terrible tontera. Así es la mentalidad de nuestros dirigentes.

¿Qué sintió usted cuando llegó la lista de 23 y no se encontraba en ella?
Nada, incluso me entere por un mensaje de Whatsapp de un primo ‘vamos arriba primo’. La verdad es que estaba dentro de las posibilidades, yo creía que podía estar, me sentía bien como para formar parte, pero también podía pasar de que no y así fue. Lo viví tranquilo, disfruté un poco el hecho de estar en casa con mis hijos, mi señora, verlo por la tele. Venía de un semestre muy cargado, me había saturado mucho, lo que fue la Copa Libertadores a principio de año, mucha pretemporada, fue una mitad de año muy fastidiosa fuera de casa, capaz me agarró con ganas de estar acá y no me pegó nada, es más como que dije para mí fue un fin en la selección y lo miré desde ese punto de vista. Analice un poco para atrás y dije ‘pa fueron unos ocho años divinos’ y lo tomé por ese lado no por lo dramático de estar o no. A parte, en esta Eliminatoria no sabía si me iba a tocar participar y cuando me tocó me enfoque más en clasificar a Uruguay al Mundial que en estar yo. Por suerte se dio que la celeste clasificó, la misión estaba cumplida y lo otro era un premio extra que no se consiguió pero igual lo viví como si hubiera estado.

¿Piensa que hay un fin de la era Tabárez?
Hay que ver a nivel directriz que proyecto tienen; a mí me gustaría que el maestro siguiera al frente de la dirección de selecciones hasta que él quiera y pueda, sería bueno para Uruguay. Pero va a depender de lo que él quiera. Por lo que escuché quiere dirigir. Un tipo tan limpio, transparente y honesto como él, se hace difícil encontrar en el fútbol de hoy en día. Veremos, esperemos que el proceso de lo que es a nivel juvenil y mayores se siga por ese camino que es lo que le volvió identidad al país, le regresó el respeto a la selección que hoy todos los jugadores uruguayos por el mundo quieren ponerse la camiseta celeste y eso es lo más lindo que recuperamos.

¿Qué jugadores ve de las juveniles que pueden funcionar para recambio de los que están en la mayor?
Ya han entrado algunos como Josema (Giménez) y Emiliano (Velázquez), que fueron los que tuve la posibilidad de compartir ahora y los de la sub 20 que recién pasó. No te voy a nombrar uno por uno porque sería injusto con otros pero recambio hay. Uruguay es milagroso, siempre sigue sacando jugadores, porque tenemos una cultura de futbol maravillosa y lo vivimos como muy pocos países. Te digo que es milagroso, porque a pesar de todas las carencias que tenemos siguen saliendo jugadores. Creo que el uruguayo es esforzado, ve las cosas bien hechas y se aferra a donde se va, entonces nos quieren a todos los uruguayos por todo el mundo. Recambio hay, capaz de mayor o menor calidad, pero el corazón es siempre el mismo y eso viene de la cuna.

¿Cuál fue el motivo clave de su desvinculación con Nacional?
Finalicé el contrato. No le busco mucho motivo tampoco, yo me quedo tranquilo que lo futbolístico no fue y por ese lado me quedo contento, terminé jugando a buen nivel, haciendo el gol que nos dio la clasificación para la Libertadores, así que más feliz que eso imposible. Incluso no estuve en partidos trascendentales que podía haber estado pero bueno, así se dio, disfrute de todo, de ponerme la camiseta que siempre me gustó desde niño. Como me pasa con Uruguay ahora lo miro desde otra óptica y bueno feliz de haber vestido la camiseta de Nacional y la de la selección. Me di el privilegio que pocos se dieron. Culminé el contrato y veremos que nos depara el futuro.

Esta ida de Nacional, ¿le pone fin a su carrera o piensa seguir jugando?
Me cuesta mucho irme, pero a nivel local no me seducen muchas cosas para continuar jugando, por el motivo de la canchas. Me llamaron equipos profesionales de acá y ‘agradecido’ les dije pero no puedo ir a canchas que a la semana estoy con tendinitis o no termine rindiendo. Por ahora me estoy tomando un descanso, capaz es el final de mi carrera o capaz sigo un año más, más te digo el otro día se comunicó un club grande de Argentina y estuve a punto de irme. El fútbol es impredecible, pero no tengo claro si sigo jugando o no.

¿Qué tiene que tener un club para seducir a Andrés Scotti?
Depende de factores, como por ejemplo si es en el exterior o si es en el país. Si es fuera de frontera, está el tema del traslado de la familia, un año más podría jugar fuera de Uruguay. A nivel local me cuesta mucho más, Wanderers era una de las posibilidades, pero el técnico no quería refuerzos en la zona que yo me desempeño. Sin ser Nacional es el único equipo que jugaría, en el resto no sé. Hay clubes que están haciendo las cosas bien a nivel político que podría darse, como Liverpool, que es una institución seria, independiente, no se basa en nadie. Ese tipo de política me encanta y por desgracia hay poquititos.

Analizando el caso Luis Suárez, ¿cuál es su opinión al respecto?
 Luis se equivoco, pero es humano, está dentro de las posibilidades cometer un error pero la sanción fue totalmente desmedida, porque hemos visto a jugadores como Zidane, que pegan un cabezazo en una final del mundo y no reciben una pena como la que recibió él, y todavía lo expulsan como si hubiera matado a alguien. Fue una reacción que pudo tener cualquiera, que por desgracia pagó los precios muy altos.

¿Qué pudo haber influido en la magnitud de la sanción?
Muchas cosas, yo eso no lo puedo saber porque no estoy dentro de los que fallaron, creo que se equivocaron. Pudo haber sido la presión de la prensa, la política, los problemas televisivos que hubo entre la CONMEBOL, Tenfield y Fox Sports. Hubo mucha cosa metida en el medio, capaz que me equivoco. Por lo que he escuchado, la prensa inglesa influyó mucho, la presión entre los medios en Brasil también tuvo que ver. FIFA se deja guiar mucho por el tema social, creó que pagó por eso.

¿Incidió lo acontecido con Suárez en el partido de cuartos frente a Colombia?

Sin dudas, porque el fallo fue 40 horas previas, si la sanción hubiera salido una hora antes a que empiece a Colombia lo pasábamos por arriba, por la bronca, por la calentura que genera una cosa de ese tamaño. Pero al tener tantas horas en el medio, se habla, se comenta y eso te desgasta, te cansa mentalmente. En el partido estábamos un cambio menos en cuanto a la intensidad que nos caracteriza y todo por la acumulación de bronca que genero el fallo desmedido hacia Luis.

Agradecemos por la entrevista a Mariano Figueroa, estudiante del IPEP por aportar este informe con Que Empiece a Rodar.

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