El
mundo del fútbol ha tenido la oportunidad de ver a grandes futbolistas a lo
largo de la historia luchando por ser el mejor jugador, por lo menos, del momento
o del año si es posible. Pero hace años ya que el planeta sabe que solo hay dos
nombres para decidir quién es el número uno en este deporte.
Más
allá de los premios que puedan entregar la FIFA, la UEFA, o la organización que
sea, Cristiano Ronaldo y Lionel Messi se encargaron de ponerse en la cima de la
discusión, y por más que existan distintos puntos de vista, siempre se llegará
a la conclusión de que uno de los dos, o ambos, está en un nivel inalcanzable.
No
por casualidad, desde 2008, cuando el portugués vestía la casaca de Manchester
United y obtenía su primer Balón de Oro, tanto él como el astro de Barcelona
han recibido el premio sin dejarle lugar a otro en la votación. Desde la fusión
en 2010 del premio entregado por la revista France Football y el galardón de FIFA,
el zurdo se quedó con los tres primeros, mientras que CR7 logró el último.
Seis
años han pasado ya, y sigue siendo uno de ellos el indiscutible mejor jugador
del mundo. Quizás es porque este mundo perdió esa capacidad de desarrollar
futbolistas de tan alta gama, o todo lo contrario, porque tal vez la razón
puede ser que se evolucionó en forma notable al punto de crear este tipo de
deportistas inalcanzables en sus capacidades.
Siempre
existieron cracks que sobresalieron, que se adaptaron al estilo de fútbol que
se vivía en sus respectivas épocas y maravillaron al mundo, poniendo en disputa
quien de ellos debería estar en lo más alto de la historia. ¿Quién puede negar
que tanto Cristiano Ronaldo como Lionel Messi, no hayan hecho méritos para
entrar en la discusión?
Muchos
dicen que ninguno ganó un Mundial, y Diego Maradona lo hizo con Argentina.
Otros hacen referencia a Pelé obteniendo tres de esos títulos, dos
Intercontinentales y convirtiendo una gran cantidad de goles (757 según la
revista El Gráfico). Pero, ¿los torneos los gana un jugador o un plantel? Si se
distingue a un individuo, deberían ser las marcas individuales las que te
coloquen en el pedestal.
Cuando
apenas había pasado un año de aquella Copa del Mundo en México, dónde el astro
al que apodaban Barrilete Cósmico dominaba el planeta, nacía otro zurdo para
vestir la albiceleste, en la ciudad de Rosario, dónde tiempo más tarde
empezaría su carrera futbolística en las inferiores de Newell’s Old Boys.
Su
diagnóstico de deficiencia en la hormona de crecimiento le había quitado ilusiones
de convertirse en profesional, pero tras la negación de River Plate y el club
rosarino de pagar un tratamiento, Barcelona llegó al rescate y lo acogió en sus
filas con apenas 13 años. Saltó a las canchas del primer equipo en forma
oficial con tan sólo 17 años, y a esa misma edad la mandó a guardar ante
Albacete tras pase de Ronaldinho.
En
ese 2 de mayo de 2005 arrancaría un demoledor de récords tan impresionante, que
sería más fácil nombrar los que le quedan por romper. Sin dudas lo que más ha
quedado en la imagen de todos, son los cuatro Balones de Oro (tres de FIFA y
uno de France Football), pero eso no es nada comparado con los hitos que le
arrebató a varios grandes de la historia de este deporte.
Alfredo
Di Stefano y sus diez años en Real Madrid no alcanzaron para ser el máximo
goleador en el clásico entre merengues y azulgranas. Sus dieciocho tantos en
veinte derbis quedaron por debajo de los veintiuno de Lio en diecisiete
jugados. Al acecho en actividad, el único que aparece en la lista casualmente
es Cristiano con catorce.
Si
se habla de artilleros históricos, Gerd Müller y Pelé tienen que aparecer. Pero
ambos quedaron humillados en el récord de mayor cantidad de goles en un año,
que se había mantenido por casi 40 años por parte del alemán, y en cuanto a
sudamericanos, el astro brasileño tenía su marca que había perdurado desde 1958.
La
Pulga en 2012 alcanzó al exdelantero de Santos primero, que había llegado a 75
anotaciones, y luego superó los 85 que el Bombardero había obtenido en 1973.
Con un tanto ante Valladolid en la última fecha del campeonato, Messi dejó en
la memoria de todos las 91 dianas casi inalcanzables.
Pero
Lio no está solo en esta lucha por ser el mejor, y dos años antes de su
nacimiento, María Dolores dos Santos Aveiro daría a luz un niño llamado
Cristiano Ronaldo, quién rápidamente llegaría a la cantera de Sporting de
Lisboa, club en el que debutó oficialmente a los 17 años. Con esa misma edad
también lo hizo en Champions League. Seis meses nada más para luego dar el
salto a Manchester United de Alex Ferguson, y empezar a poner su foto en la
tapa de todos los diarios.
Es
cierto que estuvo un tiempo siendo tapado por el nombre del argentino, pero el
potencial del oriundo de Funchal (Madeira) alcanzaba para dar pelea. Si hay un
seleccionado en el que es difícil marcar por la falta de compañía es Portugal,
y más sabiendo que esa casaca la vistió Eusebio. La Pantera de Mozambique que
movió la red adversaria 41 veces, había sido superado por Pauleta con 47, pero
apareció CR7 que ahora tiene 50, para ser el máximo goleador.
El
futbolista luso además parece no gustarle convertir de a uno, y eso lleva de
nuevo al nombre de Di Stefano. En principio, sólo el actual delantero de Real
Madrid hizo siete hattricks en una sola Liga (2012), marca con la que se superó
a él mismo, tras haber llegado a seis en la anterior campaña.
Y
por si fuera poco, hasta ahora en toda su carrera lleva 22 partidos anotando de
a tres, por lo que comparte el récord histórico con el mencionado exartillero
merengue y Telmo Zarra, ambos fallecidos. Y así se podría estar escribiendo
sobre hitos de ambos que no paran de alcanzar, y mientras más pasen los
partidos, más marcas van a romper, porque con apenas 29 años del portugués y 27
del argentino, hay tiempo para hacer más.
Justamente
el zurdo que viste la azulgrana es, junto a Raúl González, el máximo goleador
histórico en competencias europeas con 71 dianas tras anotar en la cuarta fecha
de Champions League un doblete ante Ajax. Esa marca seguramente será superada
tanto por el argentino como por Ronaldo, ya que el delantero de la Casa Blanca
lleva 70 en su haber, y probablemente llegue lejos en esta campaña.
En
estos cinco años, parece que nada puede detener a estos increíbles deportistas,
que tienen el mundo a su merced de tantos logros alcanzados. No por casualidad,
desde la Bota de Oro de 2007/2008, hasta la última de 2013/2014, entre ambos se
quedaron con seis de esas siete temporadas como máximo goleador, a pesar de que
en esta última, el portugués compartió premio con el uruguayo Luis Suárez y la
restante fue obtenida por Diego Forlán en 2008/2009.
Por
si fuera poco, esto sirvió para un récord más que compartir entre ellos.
Ronaldo, tras recibir el miércoles 5 de noviembre ese premio por tercera vez,
es junto a Messi los únicos que la han ganado en tres oportunidades, algo que
difícilmente pueda ser alcanzado, ya que los únicos en actividad con dos de
ellas son el mencionado atacante de Cerezo Ozaka y Thierry Henry, ambos
futbolistas que no juegan actualmente en equipos europeos y están cerca del
retiro.
Más
allá de opiniones o gustos que puedan existir en el fútbol, nunca se sabrá si
Lionel Messi o Cristiano Ronaldo son los mejores jugadores de la historia. Pero
lo que sí se sabe, es que para batir esta cantidad de récords, se necesita algo
más que ser sólo un crack. Porque estrellas de este tipo hay de sobra, pero que
contemplen tantas cualidades, de tal manera que no se sepa cuál de todas es la
mejor arma de cada uno, difícil que existan más.
Diego
Maradona habrá obtenido un Mundial, o tres competencias distintas con un equipo
chico (Napoli), o Pelé se habrá quedado con tres Copas del Mundo, dos
Libertadores y ambas Intercontinentales, pero por más que se diga que ellos lo
lograron sólos, poniéndose el equipo al hombro, ese tipo de trofeos se gana en
conjunto, mientras que los otros son por obra individual, talento innato que
sólo la Pulga y el Comandante han mantenido por tanta cantidad de años.