Dicen que el mallorquín es casi imbatible en el polvo de ladrillo, y es difícil ponerlo en duda cuando los números hablan por sí solos. El único partido que ha perdido en esta pista fue en 2009, en los cuartos de final de este Grand Slam francés, ante Robin Soderling, cuando sus rodillas complicaban su competitividad.
En el choque disputado en Philippe Chatrier ante Murray, el español no hizo más que demostrar quién es el líder en tierra batida. El único momento de ventaja del británico fue cuando ganó el sorteo inicial y mandó a Nadal a arrancar sacando. Cuando el balón empezó a rodar hubo un sólo jugador en el terreno francés, con un Rafa que nunca hizo notar sus problemas en la espalda y de lo contrario superó el desafio sin inconvenientes.
Del otro lado de la red, estará Novak Djokovic, número dos del mundo que se clasificó más temprano a la final de Roland Garros tras vencer a Ernests Gulbis con un 6-3, 6-3, 3-6 y 6-3, luego de dos horas y veinte minutos.
No sólo obtuvo el pasaje a la definición por el título, sino que además buscará completar su palmarés con el único Grand Slam que le hace falta al serbio. Y por si fuera poco, de ganar este encuentro ante Nadal, superaría el puntaje del español para quedarse con el liderazgo del ranking ATP, volviendo al puesto que había obtenido el pasado año en setiembre.
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