jueves, 11 de septiembre de 2014

Caminando entre Gigantes



El número mágico es el "15", esos son los títulos que Real Madrid y Liverpool suman en Liga de Campeones de Europa. Estos dos gigantes coinciden en el grupo B, que arrancará la próxima semana. Pero ante ellos se presenta el campeón suizo con más aspiraciones que llegar a la Europa League.
Aún nos falta alguien para completar este grupo y es el perteneciente al último bombo en coeficiente del sorteo, el campeón búlgaro Ludogorets.
El equipo que viste de verde fue fundado el 18 de julio de 2001 casi un año después de que Real Madrid ganará su octava Champions, en el año 2000. Con su corta edad rompió el maleficio en Bulgaria y se convirtió en el tercero en sumar un triplete, copa domestica, liga y Supercopa, luego de los dos grandes de ese país Levski Sofía y CSKA Sofía. Ahora suma tres ligas de Bulgaria y esta temporada tendrá su primera participación histórica en Champions League.
Ludogorets clasificó al grupo B luego de una ronda de playoff que perdurará en la memoria de la Liga de Campeones. Su rival Steua Bucarest(Rumanía) empezó el partido de vuelta con una ventaja de un gol obtenida de local. En un partido luchado por los Búlgaros pero dominado por la visita, que era favorita, los rumanos tenían las mejores ocasiones. Pero el cero se mantuvo, y la ilusión de los aficionados se mantenía, esos que habían ido al estadio a apoyar, algunos de particular, notoriamente sin la rutina del fútbol. Pero ahí estaban y los locales no defraudaron. A los 90 minutos Wanderson desahogaba gritos de alegría, con su exquisito remate desde afuera, para poner el 1-0(1-1).
Alargue y las ganas de los locales, vestidos de verde, empujaban a las camisetas amarillas, es que el fútbol tiene eso, no importa el idioma que hables ni lo diferente que seas, la gloria está a todo nivel en este deporte. Y cuando los locales apretaban más y más en una mala y eufórica salida, su portero vio la roja a un minuto del final y con los tres cambios ya hechos. Los penales venían, ya estaba decidido, Steua pasaría a la fase de grupos y los de verde esperarían otros diez años. Pero un valiente, central de los locales, decidió dar esperanza a sus compañeros a sus ideas y a su equipo. Se puso los guantes, se llamaba Cosmin Moţi, se paró enfrente a la pelota para ser lo que todos necesitaban en su equipo. Se llamaba Cosmin como ya dije pero su camiseta, ahora negra tenía un nombre muy largo, perteneciente al tercer arquero. Para mostrar que sus piernas todavía servían convirtió el primer penal y atajó el último. Poniendo su verdadero nombre en una historia, de esas que por momentos te hacen sentir grande.
Ludogorets no se puede comparar a la historia de Liverpool o de Real Madrid, incluso del mismo Basel, pero ese club tuvo su momento de gloria, nadie le va a quitar jugar en Anfield y en el Santiago Bernabéu. Así como en Madrid dicen que Zidane jugó en su equipo, en Razgrad los parroquianos hablan de la noche en la que Cosmin Moţi se hizo gigante, en este fútbol en el que la gloria está a todo nivel.


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